lunes, 19 de noviembre de 2012

Los ojos del perro siberiano.


El narrador de esta historia nos introduce y nos hace transitar sobre la vida de los protagonistas ante la cruel enfermedad que es el SIDA.


Su hermano mayor cuando a los 18 años embarazo a su novia e interrumpen su embarazo, es obligado por sus padres y los de ella a casarse. Después de una fuerte discusión decide irse de la casa de sus padres cuando él  hermano menor tenía 5 años.
Unos años después cuando estaba volviendo del club al entrar en su casa ve una fuerte discusión entre Ezequiel y su padre, y es obligado por este a salir de la habitación por lo que queda fuertemente intrigado por enterarse que nueva macana se había mandado su hermano. Días después de ver a sus padres tan afectados se propuso firmemente averiguar la dirección de su hermano para preguntarle que había hecho para que en su casa todo fuera triste.
Así fue como al encontrar la dirección en una libreta de su madre decide ponerse de acuerdo con Mariano, su mejor amigo, para que lo cubra y así poder ir a ver a Ezequiel a escondidas de sus padres.

Al llegar al departamento de su hermano y éste al abrir la puerta es recibido por Sasha, el perro siberiano de Ezequiel que lo tira al suelo. Después de una breve charla se entera de que Sasha es un regalo de una amiga, ya que iban a matarlo por se el ultimo en nacer y tenia ojos marrones.
Sin mas preámbulo decide preguntarle porqué había tenido esa discusión con su padre y porqué su madre desde ese día lloraba todo el tiempo, entonces el contesto: - “Porque tengo SIDA”.-

En su camino de regreso pensó en todo lo que durante sus pocos años recordaba:
Su hermano, el primogénito y primer nieto de la familia, la síntesis perfecta de mamá y papá, pelo negro, ojos azules, cara ovalada y nariz recta, buen hijo, mejor estudiante, el orgullo de papá.
Éste, hombre rudo y recto, siempre metido en sus negocios de los cuales no participaba a nadie. Mamá dedicada siempre a sus hierbas que cultivaba en casa y por último él, lo inverso a su hermano, cabello castaño y ojos marrones.

Pasaron los días y recibieron en su casa la visita de su abuela, ella que no salía de la estancia ni siquiera por un día fue para ver cómo se encontraba él después de la visita a su hermano, ya que Ezequiel le había contado sobre su aventura .Las visitas a su hermano fueron siendo parte de su vida cotidiana. 
Un día se cruzó con unos amigos de sus padres y allí fue donde descubrió que éste había mentido sobre la enfermedad de su hermano, diciendo que tenía leucemia, en lugar de SIDA. Tan enfurecido se sintió que con mucho dolor le contó a Mariano lo que le pasaba a su hermano, y es en ese momento en el cual pierde su amistad para siempre ya que su amigo empieza a alejarse de él.

Estando Ezequiel en su casa lo invita a la cancha a ver a Racing, lo que significó para él empezar a compartir con su hermano todo lo que hasta ese momento no habían compartido inclusive a Sasha, libros y música, en especial la Suite No.1 de chelo, de Bach.
Debido a la medicación, Ezequiel no era la persona de antes, estaba triste y asustado y en una de sus muchas charlas le cuenta los motivos por los cuales amaba tanto a Sasha, por sus ojos, en ellos se veía tal cual era, sin importar si estaba sano o enfermo a diferencia de los ojos de aquellas personas que lo conocían. Algunos lo miraban con miedo, otros  con intolerancia, lastima, vergüenza, reproche o curiosidad. 

Antes de su última internación le pidió que cuidara de Sasha y así lo hizo hasta que lo llevaron al campo de la abuela por destruir toda la casa.
Ezequiel se fue deteriorando cada vez más y solo él y su abuela estuvieron a su lado hasta el final, ni siquiera su padre ya que el día que murió se encontraba en viaje de negocios. Después de su muerte todos se convirtieron en fantasmas, sin hablarse, cada uno en lo suyo, pero recordó para siempre las palabras de su hermano:           

“- NINGUNA ENFERMEDAD TE ENSEÑA A MORIR. TE ENSEÑA A VIVIR. A AMAR LA VIDA CON TODA LA FUERZA QUE TENGAS. A MI EL SIDA NO ME QUITA, ME DA GANAS DE VIVIR”. -

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